Los datos sanitarios son aquellos que se refieren al conocimiento relacionado con el estado de salud física y mental y el historial de un individuo, incluida la información personal, los historiales médicos, los resultados de pruebas de laboratorio y la información sobre su estilo de vida.

También se consideran datos sanitarios los que se consiguen a través de dispositivos portátiles y apps móviles de salud. 

Los datos sanitarios se utilizan para la investigación, el diagnóstico y el tratamiento médicos, así como para el seguimiento de la evolución de la salud personal.

En nuestro blog hemos explicado recientemente cómo se gestionan los datos en una app de salud, concretamente su privacidad, gracias a la combinación de diferentes estrategias basadas en tecnología, derecho legal, recursos humanos y formación.

En este nuevo artículo queremos hablar de los datos de salud desde un punto de vista más genérico, poniendo el foco en por qué se trata de información especialmente protegida.

¿Por qué se protegen los datos de salud?

Los datos de salud se protegen porque son altamente confidenciales y sensibles, y su uso o divulgación inapropiada puede tener graves consecuencias para la privacidad y la seguridad de una persona. 

Algunas de las razones por las que se protegen los datos de salud incluyen:

1. Protección de la privacidad. Los datos de salud pueden ser muy personales e íntimos, y su divulgación no autorizada puede ser invasiva e intrusiva.
   
   

2. Protección contra la discriminación. La información médica puede ser utilizada para discriminar a las personas en el lugar de trabajo, en el seguro médico y en otros aspectos de su vida personal.
   
   

3. Prevención de daños: La divulgación de información médica puede causar daño emocional o reputacional a una persona.
   
   

4. Protección de la seguridad de la información: Los datos de salud son valiosos y su uso no autorizado puede tener consecuencias negativas para la privacidad y seguridad de una persona.

¿Cómo se categorizan los datos de salud?

En términos generales, aunque esta categorización puede variar según países y legislaciones vigentes, los datos de salud pueden clasificarse y ordenarse de la siguiente manera: 

A. Información demográfica. En este apartado suele incluirse la información esencial relativa a edad, sexo, raza, dirección postal, etc.

B. Historial médico. Como enfermedades, intervenciones quirúrgicas y hospitalizaciones anteriores.

C. Resultados de pruebas de laboratorio. En esta categoría entran los análisis de sangre, las pruebas de imagen, los resultados de biopsias, etc.

D. Constantes vitales. La tensión arterial, la frecuencia cardiaca, la temperatura, etc.

E. Información sobre el estilo de vida: En esta sección se intenta responder a preguntas sobre los hábitos de la persona: ¿qué dieta sigue? ¿realiza actividad física? ¿fuma? ¿bebe habitualmente u ocasionalmente?

F. Historias clínicas electrónicas (HCE). En esta categoría se incluye la información relativa al historial médico de un paciente, que suele recogerse exhaustivamente.

G. Datos de dispositivos portátiles: entran aquí los pasos dados, la frecuencia cardiaca, los patrones de sueño, etc.

H. Datos de aplicaciones sanitarias móviles: como los que recogen información acerca del seguimiento de la medicación, de los síntomas, etc.

I. Datos genéticos. Finalmente, la última gran área que conforman las aplicaciones de salud se refiere a la información genética, como la secuenciación del ADN y el historial médico familiar, entre otros datos.

¿Cuáles son los datos de salud especialmente protegidos?

De todas las tipologías de datos mencionadas hasta el momento, ¿sabrías enunciar cuáles son los que se encuentran especialmente protegidos?

Se trata de todas las informaciones relativas al historial médico (B), los resultados de pruebas médicas (C), la información genética (I), los diagnósticos (que situaríamos también dentro de la categoría B), los tratamientos médicos (más B), las constantes vitales (D), información sobre el estilo de vida (E) y todos los datos que tengan un valor clínico (F, G y H). 

Además de los mencionados, otros datos de salud especialmente protegidos que incluyen información confidencial y altamente sensible sobre una persona son la información relativa a los seguros de salud.

Tratamientos de los datos de salud

Antes de realizar un análisis de los datos de salud es necesario tratarlos, de manera que es importante asegurar el acceso a esos datos para realizar un tratamiento previo.

Una vez realizada esta tarea, se debe seleccionar aquellos que son relevantes para el objeto y objetivo de su tratamiento y unificarlos en un formato común.

El tratamiento de los datos de salud se realiza -o se debería realizar- siempre atendiendo a unos principios éticos y legales relacionados con la privacidad y la confidencialidad de los usuarios, en este caso los pacientes.

Seguidamente, los responsables aplican las técnicas de análisis de datos e Inteligencia Artificial, siendo algunas de las más destacadas Machine Learning y Deep Learning (aprendizaje automático).

Datos de salud e Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial (IA) puede utilizarse para procesar y analizar grandes cantidades de datos de salud para mejorar la atención médica y la investigación médica. Algunos ejemplos incluyen:

1. Diagnóstico médico: La IA puede utilizarse para ayudar a los médicos a hacer un diagnóstico más preciso y eficiente a partir de los datos de salud de un paciente.
   
   

2. Predicción de enfermedades: La IA puede analizar los datos de salud de una persona para predecir su riesgo de desarrollar ciertas enfermedades.
   
   

3. Mejora de la atención médica: La IA puede utilizarse para optimizar la atención médica, por ejemplo, mediante la identificación de pacientes en mayor riesgo de complicaciones y la mejora de la eficiencia en el manejo de los pacientes.

Si deseas saber más sobre la protección de datos en el sector salud puedes escribirnos sin compromiso a hola@qualud.com o seguirnos en Internet en nuestra página de LinkedIn y Twitter.